¿Qué hago con la tos?

Los catarros llevan consigo en muchos de los casos episodios de tos en los niños. Una tos que en ocasiones nos alarma en demasía. La tos no eniña malitas otra cosa que el mecanismo de defensa y de limpieza que utiliza el aparato respitratorio para eliminar las secreciones. Incluso puede provocar vómitos. Así que, en principio no debemos darle más importancia porque el organismo está actuando correctamente para expulsar algo que no es bueno. De hecho, en muy pocas ocasiones está indicado eliminar la tos. Y rara vez el pediatra recetará un antitusivo.

Hasta que acudamos al pediatra hemos de evitar ambientes secos en casa. Una forma sencilla es colocar depósitos de agua en radiadores. Otro aspecto a tener en cuenta es la temperatura y tratar la fiebre si el niño está molesto. Además, es conveniente limpiar las fosas nasales con suero fisiológico y, sobretodo, observar si presenta dificultad al respirar o ruidos.

Hemos de distinguir cuando una tos requiere consutar inmediatamente con un pediatra. Esto debe hacerse si el niño presenta decaimiento, irritabilidad, somnolencia. Si al respirar presenta estos síntomas: se le hunde el pecho, respira deprisa, deja de hacerlo durante unos segundos. Si al toser se lepone la cara azulada. Si tiene dificultad al tragar y babea. Y, siempre dirigirse a un médico cuando la tos es consecuencia de un atragantamiento.

La tos tiene la virtud de permanecer después de una infección durante días e incluso semanas.

 

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