«Los niños llenan más que los adultos, ellos te permiten trabajar para el mañana»

Lápices Río Nervión. Diez años y seguimos creciendo.

Hablamos con Laura Sotos Ebstein. La Directora de una escuela con éxito.

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Imagen tomada durante los primeros meses de Lápices Río Nervión. Laura Sotos, su directora, con una educadora en el momento de comedor.

A los 14 ya se paseaba por los pasillos de una escuela infantil familiar. Lleva la educación en las venas. Ha colaborado en diferentes proyectos educativos desarrollando la parte curricular. 15 años dedicada a la formación continua. Profesora. Pedagoga. Licenciada en la Universidad Pontificia Comillas en Madrid en la especialidad de gestión de empresas educativas. Después de toda una vida dedicada a la educación,  y 10 años como directora de Lápices Río Nervión, admite que los niños llenan más que los adultos y que ellos te permiten trabajar para el mañana.

– ¿ Que ves al echar la mirada atrás?

Un proyecto. Una ilusión que hemos hecho  realidad con mucho trabajo y esfuerzo.

-¿Cómo comenzó todo?

La historia comenzó cuando un día miembros del equipo directivo paseaban por estas calles y vieron que un barrio nuevo comenzaba a emerger en Valencia. En marzo del 2005 conseguimos el bajo que se alquilaba y 6 meses después abrimos las puertas.

Las primeras matriculaciones las hacíamos entre ladrillos, sacos de cementos, albañiles, electricistas…La víspera de abrir esta esuela estabamos aquí 20 personas trabajando hasta las 12 de la noche. Teníamos que cumplir el compromiso adquirido con las familias. Abrimos el 1 de septiembre del año 2005.

«Aunamos deporte y educación. El resultado. Espectacular. Conseguimos niños más independientes. Seguros de sí mismos».

 

– Tiempo record. ¿Cómo recuerdas los inicios?

Eramos 15 niños, nueve meses después, al acabar el curso, la cifra subió a 65. Empezabamos con 5 aulas. Después pasamos a 7. Nuetros alumnos provenían del barrio. Hoy hemos ampliado a niños de otros barrios que vienen a buscarnos porque han oído hablar de nosotros. El segundo año  de la escuela infantil Lápices Río Nervión, iniciamos el curso con  118 alumnos. En 10 años han pasado por aquí unos 1.000.

Desde los inicios ya contabamos con un huerto, una piscina y una mascota. Bueno, hemos tenido muchas mascotas y todas han sido parte de nuestra familia educativa. Por aquí ha pasado un cerdo vietnamita, un pato (Lucas) que se escapaba por el barrio y ya lo conocían todos. Un conejo, Mopa. Otro llamado Tadeo, Snow. Tortugas, periquitos.

Pero Lápices Río Nervión siempre ha sido  algo más que una escuela.

_¿Qué quieres decir con eso?

-En Lápices Río Nervión se encuentra la cocina central. Se abrió al mismo tiempo que nosotros. Al principio dábamos de comer a 50 niños. Hoy son 400. La cocina está sometida a un estricto control de calidad cada día. Todo, absolutamente todo, se evalua y certifica para que la comida que de ella sale tenga el índice de calidad adecuado. Nuestros clientes son los niños. Y con ellos no cabe la duda.

«Si un niño es feliz está más predispuesto a aprender».

-¿Lápices Río Nervión es la misma que  hace 10 años?

Sí y no.  Somos los mismos. Desarrollamos el mismo proyecto educativo pero no dejamos de investigar para ofrecer lo mejor a los niños, para ello Lápices cuenta con un departamento de pedagogos y psicológos que se dedican a estudiar como ayudar a los pequeños para que mejoren su aprendizaje y se sientan  cada día un poco más felices.   No se trata de ser competitivos. Estamos hablando de niños y de educación. Se trata de cómo hacer que cada día se sientan mejor. De  cómo ayudarles para sentar las bases adecuadas de su aprendizaje posterior.

_¿Todas las escuelas infantiles son más o menos iguales?

Rotundamente no. Nuestra filosofía siempre ha sido educar a través del juego. Y así comenzamos hace diez años. Hoy continuamos trabajando en ella. Pero el aprendizaje ha cambiado. Ahora es más abierto. Prevalece más la parte emocional. Creemos que lo primordial es garantizar la felicidad del niño. Si un niño es feliz está más predispuesto a aprender. Además, hace 3 años introdujimos las profesoras bilingües en todas las escuelas Lápices. Los tiempos cambian y los pequeños deben aprender un segundo idioma de manera natural.

«las primeras matriculaciones las hacíamos entre ladrillos, sacos de cementos, albañiles, electricistas…»

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Primeros alumnos de Río Nervión.

-¿Han cambiado las familias?

Sí.  Ahora reclaman más participación en la formación de sus hijos. Y eso es estupendo. Por eso hemos cambiado hábitos.  Aquí en  Lápices Río Nervión, por jemplo, hace 4 años comenzamos de manera progresiva a dejar pasar a los padres a las aulas para recogerlos. A los peques les encanta y  los padres sienten la escuela como suya, más cercana. Algo así como una prolongación de su entorno familiar.  Evitamos que los niños sientan que los abandonan en un espacio distinto.

 _¿Y ahora natación? ¿Qué es eso de la natación educativa?

Siempre hemos ido a natación. Considerábamos que a nivel motriz y cognitivo era lo mejor para los pequeños.  Pero lo que hacemos ahora en Lápices es mucho más que eso. Aunamos deporte y educación. El resultado. Espectacular. Conseguimos niños más independientes. Seguros de sí mismos. Desde el punto de vista cognitivo, han mejorado su capacidad de resolución de problemas. Son más ágiles. ¡Disfrutan tanto con el agua…! Al principio iban expectantes. Ahora saltan de alegría cuando se acercan al aula acuática.

-Y, ¿después?

Después, seguir trabajando, mejorando. Cada día abrimos las puertas de Lápices con el propósito de ser un poco mejores que ayer. Disponemos de un gran equipo de profesionales y nuestros lapiceros lo merecen todo.  ¿No crees?

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