Aprendemos jugando: las emociones
¿Cómo podemos ayudar a los niños a reconocer y expresar sus emociones?
Muchos niños, los más reservados, tienen problemas a la hora de identificar y comunicar sus emociones. Pero no sólo para ellos van destinados este tipo de juegos o actividades. La educación emocional debe estar siempre presente en la crianza infantil tanto en las familias como en las escuelas.
Cuando los niños llegan a este mundo llegan sintiendo las emociones de los demás, son empáticos. Para que esta empatía no acabe en el olvido es necesario potenciarla desde que son pequeños y trabajar en ella durante todo el crecimiento. Los niños deben aprender a manejar sus emociones y deben hacerlo desde que son muy pequeños. Todo esto les permitirá poder tener una buena base emocional para su vida diaria y que de este modo tenga un buen desarrollo psico-afectivo.
Lo más importante para trabajar las emociones es saber aprovechar cada oportunidad que se puede presentar en el día a día. Por ejemplo, una conversación en la que habla sobre lo que le ha pasado a un amigo suyo o quizás si habéis visto una película en el cine… Sería fundamental que no sólo hiciéramos algún comentario de esas situaciones, sino que analizaremos más profundamente preguntándole ¿cómo crees que se sintió? ¿Y tú cómo te sentirías?
Por este motivo proponemos diferentes tipos de actividades y juegos muy sencillos con los que tus hijos conseguirán no sólo identificar emociones propias y expresarlas sino identificarlas en los demás y de ese modo trabajar la empatía. Habrá que tener en cuenta la edad de vuestros hijos para simplificar o no la actividad que hagáis con ellos.
- Detective de emociones: Lo primordial para trabajar las emociones es identificarlas, por eso, busca diferentes personas en una revista, internet o cuentos que tenga tu hijo y que le gustan y juntos tratar de adivinar qué estado emocional tienen esos personajes en una situación concreta. Una vez que todos han acertado, cada uno deberá proponer las causas que le han llevado a sentirse así, no vale repetir. El que sea el menos original, deberá hablar de cómo le ayudaría a sentirse mejor.
- Guiñol emocional: Hablar de emociones no siendo tú el protagonista, ayuda a entender y a fomentar la expresión de nuestros sentimientos. Por eso, utiliza marionetas o cualquier juguete que le guste a tu hijo para involucrarle más en este juego. Para jugar al guiñol emocional, lo primero que tienes que hacer es escribir en un mazo de cartas diferentes emociones (las que en concreto quieras trabajar y en función de la edad de tu hijo). Una vez hecho esto, debes escoger un personaje y tres cartas al azar del mazo y representar una historia que contenga esas tres emociones. Si ves que le cuesta pensar en tres o es demasiado fácil, incrementa el nivel añadiendo o disminuyendo las emociones o los personajes que deben sentirlo.
- Piezas musicales emocionales: La expresión de sentimientos utilizando cualquier sentido siempre es interesante, la música es un recurso que a los niños les gusta mucho y rápidamente van a estar encantados con la propuesta. Así que selecciona diferentes piezas de música: música lenta, una más rápida con muchos cambios, otra que sea más monótona… Después de escuchar los diferentes estilos de música, deberán pensar en que emoción les suscitó y describir una situación que les haya evocado esa música y dibujarla.
- La emoción de ser compositor: Como hemos dicho la música tiene muchas utilidades. En esta ocasión, componer vosotros diferentes canciones que correspondan con una emoción concreta e incluso una coreografía que le acompañe si le gusta bailar. Si tuviéramos que representar la alegría o la tristeza ¿cómo sonaría? ¿Qué pasos nos hacen ser felices?
- Diario: ¿Te acuerdas cuando te regalaban un diario? Quizás las nuevas tecnologías hayan sustituido esas libretas. No obstante, regalar o hacer un diario es una idea perfecta para aquellos que les cuesta expresar sus emociones a los demás. Así que explícale la importancia de hablar de lo que nos ha sucedido a lo largo del día, quizás el también descubra la magia de escribir sobre lo que le pasa y llegue a compartirlo en alto.
- El tarro de las buenas noticias: Este juego está especialmente pensado para potenciar el optimismo y los pensamientos positivos en los niños. Cada vez que ocurra una buena noticia en el contexto de la clase o en casa (un cumpleaños, el nacimiento de un hermanito o hermanita, un logro personal de algún niño o niña, etc.) los niños lo deben escribir o representar con algún dibujo y depositarlo en un tarro. El contenido de dicho tarro puede ser objeto de debate al final del día o de la semana. Se puede hacer también un mural con todas las buenas noticias que han ocurrido.